De acuerdo a Agustín Carstens, jefe del Banco de Pagos Internacionales, sí. Esta última es una organización financiera internacional que fomenta la cooperación internacional entre los bancos centrales de diferentes países.
La razón principal de su opinión es que considera a la moneda digital como un “vehículo especulativo”. Sin embargo, también señala que estas son usualmente “mal usadas” para evadir las normas, en especial aquellas referidas a lavado de dinero y financiamiento al terrorismo, indicó a CNBC.
Con la pandemia, las repercusiones a nivel económico han sido muy graves, incluso, ha llegado a replantear la forma en la que las personas pueden “asegurar su dinero”. Efectivamente, ha habido muchas especulaciones sobre el entorno bancario. En ese sentido, muchos nuevos inversores consideraron comprar monedas digitales al equipararlas al “oro digital” y al considerar que pueden ser una suerte de salvavidas frente a eventos de inflación o crisis económicas.
Por otro lado, Cartens resaltó la ya conocida brusca variación de precios, el anonimato de sus participantes, así como su cuestionado “respaldo” como características que no hacen más que llevar a la necesidad de una regulación. Así, señaló: “no veo ningún dominio de las monedas cibernéticas (…) las criptomonedas no han hecho ningún avance en términos de trabajar como dinero”.
En el caso de las stablecoins (monedas digitales estables) afirmó que sus usos son limitados y que siempre deben complementar el efectivo, nunca reemplazarlo. Esto a pesar que ya varios países están alistando la implementación de las stablecoins en sus economías.