
La autora escribe sobre las consecuencias legales de la aprobación de la Directiva de Copyright por parte del parlamento europeo.
¿Se imagina un internet donde cada meme que suba sea bloqueado de manera preventiva hasta que demuestre que no ha vulnerado ningún derecho de autor? Ello esta apunto de suceder en la Unión Europea con la pendiente (y probable) aprobación de la nueva Ley de Copyright.
La Unión Europea ha presentado una nueva Directiva mediante la cual se pretende tutelar los derechos de autor dentro del Internet. Sin embargo, el artículo 11 y, especialmente el artículo 13, han causado polémica y rechazo por parte de grandes corporaciones como Google y Twitter y los creadores de contenido de dichas plataformas.
¿Cómo está Directiva afecta al Internet tal y como lo conocemos? ¿Qué pasará con el contenido que habita en YouTube? ¿Cómo afecta esta decisión a Perú? Te lo explicamos.
En pocas palabras, el artículo 13 de la referida Directiva, en su versión final publicada en febrero de 2019, señala que las plataformas digitales deben realizar su “máximo esfuerzo” para adquirir las licencias de sus respectivos autores para todo el contenido que sus usuarios puedan cargar. Esta medida, en palabras de Julia Reda, miembro del parlamento europeo, implicaría adquirir todos los derechos de autor de todo el mundo: una hazaña imposible.
Asimismo, se señala el deber de monitorear los contenidos subidos por sus usuarios con el fin de detectar cualquier infracción a los derechos de autor. Por ello, dichas plataformas deberán implementar filtros de detección “idóneos” para evitar que se publiquen contenidos sin cumplir la normativa.
¿Cuál es el problema de todo esto? Que con la imposición legal de (i) obtener licencias de, literalmente, todos los derechos de autor en el mundo y (ii) filtrar los contenidos de los que no se pudo obtener una licencia de autor, las plataformas no tendrán mas remedio que bloquear el contenido, que, desde nuestro punto de vista, vulnera la libertad de expresión.
Hasta la fecha, plataformas como YouTube o Facebook contaban con filtros de seguridad que, de manera preventiva, bloqueaban el contenido que podían vulnerar el copyright. En tal sentido, el mercado estaba autorregulado. Eran los propios agentes los que impusieron sus mecanismos para evitar que más usuarios suban contenido incorrecto.
Con la nueva Directiva, la Unión Europea atribuye la responsabilidad directa por la vulneración de copyright no a los usuarios que suben el contenido sino a la plataforma que la alberga, por lo que estas plataformas no tendrían más remedio que bloquear todo a su paso (lo que incluye productos digitales sin contenido de terceros [es decir, 100% originales], productos digitales con contenido de terceros pero usado de manera legal, y productos con infracción al copyright).
Empresas como Google han señalado que cada minuto se suben alrededor de 400 horas de vídeo y que, incluso para una empresa como ésta, resulta tecnológicamente imposible revisar tanto contenido en tan poco tiempo. Entonces, a pesar de los objetivos que persigue la Directiva (que consideramos son los correctos) la manera en cómo se encuentra plasmada resulta ser más un obstáculo del ejercicio de la libertad de expresión que un mecanismo de tutela de derechos.
Con el ánimo de ser más expositivos, presentamos unos gráficos basados en los realizados por Jaime Altozamo, un creador de contenido de Youtube, que haciendo un ejercicio mental nos explica las posibles consecuencias de la Directiva:
Como se puede apreciar, en la actualidad el filtro creado por YouTube denominado “Contend ID” permite bloquear un determinado número de vídeos entre los que se hallan productos con contenido de terceros con uso ilegal junto con un porcentaje pequeño de vídeos que no tienen contenido de terceros o con contenido de terceros pero con uso legal. En este caso, los creadores de los vídeos que representan el porcentaje reducido de productos bloqueados podrían iniciar un procedimiento de revisión manual para determinar si el uso es legal o no.
Este es el procedimiento que, pese a ciertas críticas, funciona, ya que finalmente ayuda a determinar los vídeos que infringen el copyright sin vulnerar el derecho de los demás creadores de contenido. Sin embargo, con la entrada en vigencia de la Directiva este porcentaje reducido podría incrementarse y, de esta manera, cada vez más se bloquearían los vídeos que no usan contenido de terceros o que usan contenido de terceros pero de manera legal, todo con el fin de evitar que los vídeos que realmente infringen la norma sean captados.
¿Cuál es el panorama para los creadores de contenido y para los consumidores de estas plataformas? En tanto la aprobación de la Directiva resulta posible, el panorama para los creadores de contenido no es favorable. Los productos digitales no podrán ser vistos en la plataforma dentro de la Unión Europea lo que podría generar una migración de contenido a destinos que no tienen una normativa tan agresiva. Como explica Jaime Altonazo, que reside en España, se comenzará a realizar vídeos en inglés para llegar a una audiencia distinta pues la audiencia que se obtiene en España, por ejemplo, ya no podrá consumir los productos digitales.
Como señalamos, consideramos que el bloqueo de los memes, vídeos o noticias se puede calificar como una vulneración al derecho de la libertad de expresión. Esto debido a que se estaría condicionando la creación de material a determinados parámetros que no resultan razonables ni proporcionales. Con el fin de brindar la máxima protección a los derechos de autor (que entendemos en Internet resulta difícil de proteger) el legislador está imponiendo mecanismos que vulneran otros derechos como el derecho a la libertad de expresión o, incluso el derecho a la información, tal fundamental en estos días. Dichos mecanismos resultan contraproducentes pues, en lugar de promover la creación de obras, las limita y, hasta en algunos casos, las censura, lo cual es altamente cuestionable en cualquier Estado de Derecho.
Para nosotros, los consumidores de este tipo de plataformas, el panorama resulta aun más preocupante. El bloqueo masivo de información generará una brecha masiva de aislamiento y desconexión con la información hallada en Internet. Ello es, desde nuestro punto de vista, una nueva forma de censura y sobretodo limitación de la información.
Si bien esta medida (de ser aprobada) se aplicará única y exclusivamente en los países miembros de la Unión Europea lo cierto es que tendrá efectos en el resto del mundo, especialmente en los países de Latinoamérica. En Perú, por ejemplo, consideramos que esta medida tendrá, por lo menos, un impacto en dos niveles.
Un primer nivel impacta directamente en la audiencia que consume y crea productos digitales en su gran medida en el idioma español. Si bien los vídeos bloqueados en la Unión Europea no serán bloqueados en Perú, lo cierto es que los creadores de contenido en Europa, al perder una gran parte de su audiencia hispanohablante, no se verán incentivados a producir más contenido en este idioma por lo que se generará una migración del idioma de los contenidos digitales. Del mismo modo, los creadores de contenido que residen en Latinoamérica perderán su audiencia extendida por todo el territorio europeo pues dichos vídeos no podrán ser vistos.
Un segundo nivel de impacto es el concerniente a las políticas legislativas que nuestro país (Perú) esta acostumbrado a asimilar por parte de la Unión Europea. En efecto, muchas de las medidas legislativas de nuestro país se encuentran inspiradas en normas europeas, por lo que eventualmente, el contenido de la Directiva podría ser recogida por el Poder Legislativo y, de ser aprobada por el Poder Ejecutivo, será aplicable en territorio peruano. Ante esta situación, la referida Directiva resulta ser un mal precedente de cara a los derechos de libertad de expresión e información.
Actualmente la Directiva está siendo evaluada y se encuentra pendiente de aprobación en una votación final. No obstante existen varios movimientos que buscan eliminar la redacción de estas clausulas. De aprobarse esta Directiva, cambiaría el Internet de la manera en como la conocemos actualmente.